by Alanis Gómez P. alanisg19@gmail.com
Unas cifras alborotadas, una sociedad que no está libre del mal, sea cual sea su condición social, un problema que no mira edades ni sexo, en fin, una enfermedad devastadora y desastrosa que está consumiendo a todo el mundo.
El cáncer es la segunda causa de muerte en el país, ya que quince de cada cien muertes en el país se producen a causa de esta enfermedad. Cada año y cada día, son más los casos de personas con cáncer en nuestra sociedad. ¿Qué está pasando para que nuestro país se sumerja en este hoyo oscuro?, los médicos afirman que esta es una enfermedad que no avisa, que no escoge y que no se apiada.
Los casos de niños, mujeres y hombres con esta enfermedad han aumentado considerablemente en cada año que transcurre y es difícil actualmente tratarlos como se deben gracias al mal económico que sufre el país, gracias a que esta enfermedad está carcomiendo las entrañas económicas del estado y por supuesto, gracias a que está acabando con nuestra fuerza humana.
Las personas solicitan al gobierno el apoyo económico, ya que los tratamientos para la eliminación del cáncer, son demasiado caros, pero ¿Qué es lo que está pasando cuando lo caro también son los sentimientos, la ira, la impotencia y el descontrol ante una enfermedad de este nivel? Por su puesto que el apoyo moral y los buenos mensajes de lucha y perseverancia de las personas, ayudan al estado de ánimo y a hacer más manejable la situación de enfermedad; lo fácil es hablar, comentar, dar opiniones, recomendaciones para la persona, incluso con la mejor intención y los mejores deseos de recuperación; pero no muchas veces olvidamos que las palabras son solo eso y se las lleva el viento, olvidamos que a veces las palabras no son las indicadas para afrontar toda esa avalancha de problemas, y es ahí cuando las personas deben analizar más profundamente y preguntarse ¿Es realmente fácil sumirse solo en palabras?