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Hacia un nuevo reencuentro con la vivienda

Autor: Carlos David Arcos Jácome


Sinopsis:


Han pasado millones de años desde que el primero de nuestros ancestros se resguardó dentro de una cueva y la consideró lo suficientemente eficiente para protegerlo de los peligros de la intemperie y garantizar su sobre vivencia. A lo largo de los siglos, la ahora denominada “vivienda” ha ido evolucionando bajo la premisa principal que la determinó inicialmente: resguardar al ser humano. Lamentablemente, el mercado ha sido uno de los que más ha definido a la vivienda contemporánea, influyendo en su pérdida de valor como derecho humano.


Por ello, es menester evaluar las alternativas emergentes y estudiarlas desde la disciplina, para impedir que el mercado se apodere nuevamente de la vivienda y la convierta una vez más en un producto de tantos, con el cual impulsar la acumulación de riquezas.



Contenido:


Han pasado millones de años desde que el primero de nuestros ancestros se resguardó dentro de una cueva y la consideró lo suficientemente eficiente para protegerlo de los peligros de la intemperie y garantizar su sobrevivencia. A lo largo de los siglos, la ahora denominada “vivienda” ha ido evolucionando bajo la premisa principal que la determinó inicialmente: resguardar al ser humano. Sin embargo, la concepción de la vivienda en nuestros tiempos es también definida por múltiples factores de índole social y económico principalmente.


Lamentablemente, el mercado ha sido uno de los que más ha definido a la vivienda contemporánea, influyendo en su pérdida de valor como derecho humano. Siendo así que, en la mayor parte del mundo, la vivienda se ha transformado en un vehículo para simplemente obtener ganancias y acumular riquezas. Perdiendo todo vínculo con la sociedad, y desentendiéndose de asuntos indispensables como garantizar una vida digna para sus ocupantes.


Esto ha traído escenarios pesadillescos de “soluciones” dadas por el mercado, en respuesta a una permanente necesidad de vivienda. Escenarios conformados por agrupaciones seriadas de viviendas cuyas disposiciones espaciales internas obedecen a no más que el factor económico en favor del inversionista. Es decir, el valor de la construcción de la vivienda ha sido la encargada de definir el modo de vida de sus habitantes. A pesar de este nada agradable capítulo de su evolución, la necesidad de vivienda estará siempre en nuestras vidas. De hecho, se considera que el mercado inmobiliario es uno de los pocos de los que es casi imposible escapar, pues casi todos, al menos una vez en la vida, tendremos que acceder a una vivienda. Por ello y un sinnúmero de razones, reflexionar acerca del siguiente paso evolutivo de la misma, se vuelve indispensable.


Vivienda de bajo coste y espacios mínimos en México. Fotografía de Jorge Taboada.

Actualmente vivimos en tiempos muy distintos a los de la década pasada. Nuevos factores, principalmente, sociales, han generado cambios radicales en nuestros modos de habitar. En consecuencia, es menester cuestionarse: ¿por qué seguir viviendo de la manera en que vivimos?, ¿por qué seguir rigiéndonos a tipologías obsoletas poco compatibles a nuestros hábitos actuales?, y más importante aún, ¿por qué mantener una disposición espacial interna que muy seguramente fue definida tan solo por el valor del m2 de construcción?


Le evolución de la vivienda es necesaria. Entonces, ¿cuáles son los cambios que han empezado a surgir en nuestra época? En el siglo XIX se consideraba insalubre y peligroso que la cocina esté dentro de casa, sin embargo, este espacio ahora es uno de los más importantes en la vivienda contemporánea. Este ejemplo temporalmente cercano, pero aparentemente tan ajeno a nuestra realidad actual, es evidencia de lo ya dicho. Posiblemente sea pronto para obtener conclusiones, pero, en favor del pensamiento, será mejor empezar por aquellos atisbos de evolución, de los cuales, muy seguramente, al menos uno sobrevivirá.


Estas propuestas en construcción resultan cada vez más sólidas y objetivas, debido a que la mayor parte de estas obedecen una creciente tendencia: el futuro de la vivienda se avizora menos económicamente accesible, y con cada vez menos espacio disponible para habitar. Pues para nadie es desconocido el estrepitoso crecimiento de la humanidad que nos hace fácil creer que para el año 2050, según estimaciones de la ONU, seremos cerca de 10mil millones de habitantes.


Edificaciones que solventan el alta densidad poblacional en Hong Kong. Fotografía de Michael Wolf

Con base en los hechos mostrados, la tendencia a compartir espacios, recursos y servicios, se ha vuelto una de las mejores alternativas. Si bien existe un grado de rechazo a compartir espacios con otros, cuando la necesidad apremia, todo es más aceptable. Como muestra de ello son las nuevas tendencias de vida en las que diferentes familias se juntan y construyen residencias adaptadas a sus necesidades compartidas. De hecho, especialmente para personas de la tercera edad, se ha vuelto una oportunidad única de vivir en compañía, los últimos años de su vida. Lo cual devela uno de los beneficios más importantes de estas nuevas tipologías de vivienda: contribuir a aplacar la denominada enfermedad del siglo XXI, la soledad. Patología social provocada por una ciudad contemporánea que individualiza y anula las relaciones sociales.


En Latinoamérica, las problemáticas que se han manifestado en el resto del mundo, se presentan en menor medida. Sin embargo, esto no es razón para despreocuparnos del tema, sino considerarlo como una valiosa oportunidad. Gozamos de una posición histórica privilegiada respecto al resto del mundo. Desde nuestro contexto poco estable y sistemas gobernados por la corrupción, al menos es alentador tener la posibilidad de ver esos conocimientos obtenidos a través del empirismo. Aquel ensayo y error de otros países que nos arroja resultados de los cuales podríamos partir para adaptarlos a nuestro contexto y disminuir la posibilidad de iniciar con la respuesta equivocada.


Representación esquemática de Cohousing Senior. Realizado por LivingCohousing.

Las tipologías de vivienda colectiva están cada vez más presentes en nuestro mundo, sin embargo, como ha señalado recientemente Rafael Moneo, premio Pritzker del 96, “…se trata de la tipología arquitectónica más ignorada hoy en día, abandonada a las fuerzas del mercado, sin ningún interés disciplinar en desarrollar nuevas aproximaciones”.


Es momento de tratar a profundidad este tema, evaluar sus beneficios y potenciales problemáticas. Es menester estudiarlo para impedir que el mercado se apodere nuevamente de la vivienda y la convierta una vez más en un producto de tantos, con el cual impulsar la acumulación de riquezas. Especialmente en base a una tipología que está ofreciendo alternativas cada vez más eficientes para enfrentar un mundo incesantemente más poblado y de menor espacio disponible para habitar.


Nota: Este tema ha sido abordado gracias a las sugerencias brindadas por varios colegas en mi cuenta de Instagram. Si te gustaría que abordemos un tema en colaboración, puedes escribir en mi cuenta @carlos.d.arcos, o abajo en los comentarios.


Puedes leer también: La vivienda mínima


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