by Belén Vallejos C.
El mundo en cuarentena por un enemigo silencioso, uno que no se combate ni con armas, ni con dinero, ni con opiniones. Un virus que provoca caos en el pensamiento, que nos ha obligado a convivir con nuestra familia, que ha demostrado lo vulnerables que somos como sociedad. Cada vez que hablamos de la familia hemos dicho que es lo mejor de nuestra vida y hoy que tenemos tiempo de pasar con ella realmente estamos entendiendo el significado de la palabra amor, de disfrutar de lo simple de la vida. Hoy tenemos esa oportunidad de gastar nuestro día en la comodidad de nuestro casa, en nuestra zona de confort, al lugar que siempre queremos volver después de un día cansado de la rutina del trabajo, de abrazar a nuestros hijos, ver a nuestros padres y de pasar tiempos con ellos; pero los seres humanos somos tan inconformes con lo que nos toca vivir que hoy quieren volver al trabajo porque ya no soportan estar en casa. He visto tantos post en redes sociales, imágenes, palabras de crecimiento personal, de motivación, etc. y todas dicen OJALA DESPUÉS DE ESTO.... Todos seamos mejores. Me suena tan linda esa frase, pero es un cliché, porque nadie está haciendo nada por ser mejor, nadie está convirtiéndose en un mejor ser humano. Estamos criticando al amigo que sube sus rutinas de ejercicio, al que comparte noticias o memes, al que está haciendo TikToks, al que cocina, etc. Porque según muchos no es el momento y después vamos a ser mejores.
No va a existir un después mientras sigamos pensando cómo pensemos, mientras no aprendamos a tener respeto y tolerancia con nuestros semejantes, mientras no nos desafiemos a analizarlos en momentos de estrés, mientras no aprendamos a conocernos.
El cambio que esperemos después empieza HOY. Ese anhelo de ser mejores humanos, de crecer como sociedad, tiene que empezar ahora.
Ahora es donde: empiezo a conocerme, a cambiar, a ser más tolerante con mis semejantes, a tener empatía, a amar a mi prójimo como me amo a mi mismo. Si señores, el mandato más grande de la iglesia, es el que debemos practicar. De buenas intenciones este lleno el infierno.
Empecemos a crear una mejor sociedad, desde la mejor escuela, el hogar. Seamos dignos de ser ejemplos de tolerancia, paciencia y empatía. Pero, sobre todo de empezar con el conocimiento interno, porque hoy me conozco para después ser mejor que mañana. Dominar mis pensamientos y sobre todo hablar de lo que tiene mi corazón, nadie da lo que no tiene. De la abundancia del corazón habla la boca. Para anhelar el después de la cuarentena para ser mejores, empecemos hoy, para después demostrar lo que hemos aprendido. Aprende de tu familia, disfruta de ella y encuentra el verdadero sentido de la palabra amor.