Autor: Diego Hidalgo L.
SINOPSIS
El turismo pensó siempre que, su industria era la más sólida hasta que llegó el COVID-19 y se detuvo su negocio y vimos algo nunca antes visto: Venecia sin turistas en los canales, un Time Square vacío, cielos sin aviones, fronteras cerradas, más de un tercio de la población mundial confinada y todos mirando el mundo a través de la ventana o de la pantalla. Ahora los países anuncian tímidos planes para la vuelta a una “nueva normalidad. ¿Pero qué sucederá con el turismo? ¿Cómo será viajar después de la pandemia? La incertidumbre económica y la falta de protocolos oficiales consensuados con el mundo, lleva a la duda de cómo reactivar este sector, que nunca pensó en quedarse sin turistas.
UNA SITUACIÓN SIN PRECEDENTES
Previo a la llegada de la crisis sanitaria, el Ecuador estaba teniendo un crecimiento en el ámbito turístico. Recibió 1.3 millones de visitantes extranjeros en 2019. Los turistas del mundo empezaron a visitar el Ecuador. Tanto era el éxito de la industria del turismo que, en el país esta actividad económica representa un 10% del PIB y da empleo a 2,6 millones de personas. Todos los analistas económicos dicen que “el impacto será dramático”.
Pero la reactivación, no sólo va a depender del volver a la “nueva normalidad”. La reactivación aún dependerá de varios factores que todavía no se han concretado, que no tienen un modelo a seguir, como por ejemplo:
- ¿cuándo se abrirán las fronteras de los países?
- ¿En qué rutas volverán a operar las aerolíneas?
- ¿Cuál será el precio de los vuelos?
- ¿Cuáles serán los protocolos de bioseguridad y protección para los viajeros?
- ¿Qué hoteles podrán funcionar con ocupaciones bajas sin tener que cerrar?
- Y, ¿Qué normas deberán cumplir los lugares de afluencia masiva?
El MITUR (Ministerio de Turismo - Ecuador), luego de un análisis de la extrema gravedad económica de la industria. Explica que, con el estado de alarma decretado, la actividad de la mayoría de las agencias de viaje ecuatorianas se encuentra totalmente paralizada y que aventura que el impacto económico es sumamente grave.
El turismo, no solo tiene un eje transversal, las aristas que lo componen son inmensas, desde la señora que promociona un restaurante, hasta el piloto que conecta a los países; y todos están paralizados, sumidos en una situación de supervivencia. La actividad en muchas aristas del turismo se ha paralizado por completo.
El turismo tendrá que pasar forzosamente por la innovación y las normas de bioseguridad para recuperarse. Ahora viajar será una aventura, que nos obliga a ser más cuidadosos. Las nuevas generaciones de viajeros ya son diferentes, el distanciamiento, la mascarilla y el alcohol, serán indispensables. Por ello, también me atrevo a decir que en cuanto se encuentren alternativas de crecimiento económico para la población local que vive del sector turístico, habrá que reducir las plazas de alojamiento y mejorar las infraestructuras en muchas zonas masificadas del territorio ecuatoriano. No sólo en cuanto al turismo de sol y playa, cuando hablamos de turismo de masas también deberíamos referirnos al turismo cultural en algunas ciudades como Quito o Cuenca. Decididamente, deben cambiar las motivaciones e intereses del consumidor. El aforo deberá respetarse y debemos empezar hacer turismo de una manera diferente.
¿HACIA UN NUEVO PARADIGMA?
"Siempre que llega una crisis, se debate sobre agotamientos de modelo y de la necesidad de innovar. Pero ya hace mucho que el cambio estaba anunciado. El primer aviso lo dio Thomas Cook, explicando que cuando sus clientes se hicieron mayores y dejaron de comprar viajes en sus tiendas. El tour operador británico era el segundo mayor del mundo y el más antiguo, pero su quiebra en septiembre dejó imágenes de enormes colas de viajeros atrapados en aeropuertos de todo el mundo sin poder volver a casa. Lo que ocurre es que la pandemia está acelerando los cambios”. (Preferente, 2019)
En estos momentos lo que se necesita es analizar, cómo desarrollar un plan de reactivación social, cultural y política para el Ecuador en respuesta al turismo, que la pandemia nos deja un modelo nostálgico, un modelo que quiere salir adelante en medio de medidas improvisadas, sin recursos que invertir, pero que busca volver a ser el eje de la economía del país.
Ahora el “hacer turismo”, debe ser una manera de buscar rincones escondidos de este Ecuador, lugares no tradicionales, que busquen convertirse en conocer una cultura, en vivir una experiencia, pero sobre todo en ser emblemas vivos del Primero Ecuador.